Los desafíos de no considerar el Modelo de Negocios en el Diseño
Cada vez que me toca hablar de UX traigo un gráfico en el que menciono que el UX escucha 3 voces, la voz del mercado (lo que necesitan las personas usuarias), la voz de la tecnología (nos dice qué es factible técnicamente) y la voz del negocio (con qué fin creamos el producto o servicio).
Pero en muchos ámbitos pareciera que pensar en el negocio, o en monetizar un producto, no es tarea de UX o peor aún, pareciera que defender los objetivos del negocio fuera “fallarle” a las personas usuarias. Inclusive es casi imposible encontrar un curso de UX en el que se analice el impacto del negocio sobre el diseño, o que se piense en el modelo de negocio a medida que nuestra idea va evolucionando.
Escuche muchas veces que “no hay usuarios sin producto” y como UXers luchamos contra las personas en nuestra organización que no entienden la importancia de poner a la persona usuaria en el centro de nuestros procesos. Pero ¿podemos construir un producto sin pensar en el modelo de negocios y que resista o sobreviva en el tiempo?
Un Caso Práctico
Imaginemos que desarrollamos una aplicación, accesible, inclusiva, con impacto social y que tiene el potencial de cambiar la vida de muchas personas.
Con un poco de suerte y esfuerzo, nuestra aplicación se vuelve conocida y logramos tener 10.000 usuarios activos diarios (DAU por su sigla en inglés).
Con este crecimiento surgirían nuevos desafíos: la necesidad de migrar servidores, el mantenimiento de la aplicación, cuidar la seguridad informática y corregir los errores a medida que estos aparezcan, producto de los distintos usos y contextos de quienes usarán nuestra aplicación.
Con 10.000 DAU, tus costos de servidor serán aproximadamente de 160 dólares mensuales¹, a lo que también habrá que sumar el costo de tener a alguien desarrollando, con habilidad tanto en Frontend como en Backend y que además nos cobrara barato porque el nuestro es un proyectazo con una visión hermosa; + $1500 dólares mensuales.
Mientras podamos mantener este proyecto como un hobby no habrá necesidad de contemplar nuestro propio sueldo, pero es un gasto que a medida que dediquemos más horas, vamos a tener que incluir.
Mantener la aplicación nos cuesta ahora $1650 dólares cada mes. Sin contemplar gastos de publicidad y otros costos (pago de dominios, correo electrónico, etc.).
Entonces surge el desafío que ya no podemos evitar: hay que monetizar. Y con este nuevo desafío surgen preguntas: ¿Cómo monetizamos? ¿Cómo hacemos para seguir ayudando a más personas si cada mes que pasa nuestra deuda crece?
Pongamos dos ejemplos:
- Si agregamos publicidad tendríamos que pensar en los cambios de interfaz para que esta no sea disruptiva con el flujo de navegación y genere malas experiencias, lo cual nos obligaría a pensar en cambios en el diseño y después en desarrollo. Podríamos usar un motor de publicidad o generar uno propio para controlar qué publicidades se muestran. En este caso necesitaríamos también desarrollar un Backend para gestionar las publicidades. Esto nos daría mayor libertad y control sobre las publicidades, pero a cambio de un aumento de nuestros costos (en desarrollo primero, y luego en mantenimiento).
- Si decidiéramos comenzar a cobrar 1 dólar cada mes, tendríamos que convencer al menos a 1650 de nuestros 10.000 usuarios que ahora deben pagar (mes a mes) por algo que creían era gratuito. Y con esto surge otro desafío: ¿y si hay usuarios que no pueden pagar?. ¿Y si utilizamos un modelo Freemium? ¿Deberíamos limitar algunas funcionalidades para los usuarios gratuitos? Esto nuevamente implicaría costos en diseño, desarrollo y mantenimiento.
Existen muchos otros modelos de negocio y cada uno va a tener sus desafíos, sus riesgos, costos y “trade-offs”. Pero no pensar en el modelo de negocio nos llevará indefectiblemente a endeudarnos o a obligarnos a tener que cerrar el proyecto.
Greenpeace es una ONG, pero para operar recibió 19 millones de dólares en donaciones solo en 2019².
El modelo de negocios importa
El modelo de negocios impacta directamente en las decisiones y el ciclo de vida de un producto, desde el diseño al desarrollo, las estrategias de negocio, el marketing, etc.
La falta de un modelo de negocio puede ser un limitante del impacto del producto, o puede ser un habilitante del potencial de cambio que tendrá nuestra aplicación en la sociedad.
Un proyecto que impacta positivamente en la sociedad y a su vez tiene un modelo de negocio sólido y escalable, es un proyecto que perdura en el tiempo, que genera puestos de trabajo y que deja una marca en la sociedad.
Creer que como diseñadores UX no tenemos que saber o interesarnos por el negocio (o tener miedo o vergüenza de pensar en cómo vamos a monetizar nuestro proyecto) es un sinsentido.
Incluso si al principio nos da algo de vértigo, hacernos preguntas de negocio nos va a permitir marcar un rumbo claro para que nuestro proyecto sea sustentable y así, impactar positivamente en la sociedad.
Después de todo, no debemos olvidar que un proyecto “sin fines de lucro” no necesariamente significa que sea “con ánimos de pérdidas”.
- Suponiendo una migración a AWS, los costos son aproximados y varían ampliamente dependiendo de las exigencias de la aplicación y la cantidad de horas de uso de los usuarios, entre muchas otras variables.
- Datos obtenidos de Charity Navigator: https://www.charitynavigator.org/index.cfm?bay=search.summary&orgid=7596